Uno de los principales factores que podrían dar algún esbozo de explicación a la contundente derrota de Provincias Unidas y el gobernador Maximiliano Pullaro en la provincia de Santa Fe tras las elecciones legislativas de este domingo es el blanco al que apuntó discursivamente y en donde quiso sumar votos en su nuevo espacio, tarea que dio como resultado un rotundo fracaso.
Apuntar contra el kirchnerismo fue la postura tanto de La Libertad Avanza como del pullarismo, teniendo ambos, al fin y al cabo, el mismo electorado en común. La estrategía hizo prevalecer la imagen del presidente Javier Milei, quien primó como opción para gran parte de los santafesinos con respecto a la candidata del gobernador, la vice Gisela Scaglia, quien debió ser acompañada por Pullaro en las últimas presentaciones públicas debido a su baja aceptación y conocimiento a su vez de su figura, pese a haber ganado notoriamente las elecciones generales provinciales en 2023 como segunda en la fórmula.
El kirchnerismo, o peronismo, o cómo deseen y desee llamarse, mejoró al doble su cantidad de votos obtenidos en Santa Fe con respecto a las convencionales de principios de año y estuvo a unos miles de votos con respecto a las elecciones generales de 2023, cuando presentó a Marcelo Lewandowski como candidato pese a que su figura estaba fuertemente ligada a la del entonces gobernador Omar Perotti, de figura desgastada dentro de las bases del espacio justicialista.
Confrontar al kirchnerismo suele ser una opción saludable para posicionarse dentro de los canales de televisión de Capital Federal, pero puertas adentros de la provincia es un espacio al que deberá convencer el gobernador si sus pretenciones son ya ni siquiera una presidencia de la Nación, sino más bien su reelección.
Por otro lado, el grito “Pullaro es narco” que esmeraron los libertarios en el Parque España el pasado jueves pone en una posición de difícil negociación por parte del mandatario con el oficialismo nacional, que si intenta poner un candidato a gobernador en 2027 pone en serios aprietos, hoy, sus intenciones de un segundo mandato.

