Varios colegios del Reino Unido se vieron obligados a cerrar temporalmente en los últimos días debido a un repunte inusual de gripe estacional, asociado a una mutación de la subvariante H3N2 conocida como subclade K.
El episodio más alarmante ocurrió en Caerphilly, Gales, donde más de 250 alumnos y trabajadores resultaron afectados casi simultáneamente. Ante la magnitud del brote, las autoridades educativas dispusieron la suspensión de clases y una desinfección exhaustiva para frenar la propagación.
Los síntomas detectados —vómitos, fiebre, diarrea, dolor de cabeza, fatiga y escalofríos repentinos—, similares a los del Covid-19, llevaron a numerosos establecimientos a interrumpir sus actividades.
El cierre de escuelas coincide con un período de fuerte presión sobre el Sistema Nacional de Salud (NHS), que a fines de noviembre registró 1.717 hospitalizaciones por gripe, la cifra más alta para esta época del año en los últimos periodos.
La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) advirtió que la mutación aumentó la capacidad de transmisión del virus, aunque aclaró que la eficacia de la vacuna se mantiene en niveles similares a los de temporadas previas.
Dado que la variante H3N2 subclade K presenta una transmisibilidad muy elevada, especialistas anticipan un incremento significativo de casos. Además, alertaron sobre el riesgo de coinfecciones —gripe y gripe aviar— y recomendaron reforzar la vacunación de manera urgente.
La alta capacidad de contagio, explicaron los expertos, se debe a cambios genéticos relevantes identificados dentro de este subclado.

