Con la llegada de las altas temperaturas a San Lorenzo y alrededores, los conductores enfrentan un peligro silencioso: los objetos olvidados en el habitáculo. Lo que parece un descuido inofensivo puede terminar en daños materiales costosos o, en el peor de los casos, en un incendio forestal o vehicular.
El peligro de la presión y la inflamabilidad
Los elementos más críticos son los aerosoles. Desodorantes, insecticidas o protectores solares en spray están diseñados para resistir cierta presión, pero el calor extremo del verano santafesino expande el gas en su interior hasta superar la resistencia del envase, provocando explosiones.
Del mismo modo, los encendedores de plástico son pequeñas “bombas de tiempo”; el líquido inflamable se expande con el calor y la estructura suele ceder, iniciando focos ígneos sobre los tapizados. A esta lista se suma el alcohol en gel, cuya base volátil puede generar vapores peligrosos en ambientes cerrados y calientes.
El inesperado “efecto lupa”
Uno de los riesgos menos conocidos es el de las botellas de agua plásticas. Si una botella transparente está llena y recibe luz solar directa, su forma curva y el líquido actúan como una lupa potente. Esto puede concentrar el calor en un punto específico de la butaca o el tablero, llegando a perforar el material o iniciar fuego. Lo mismo ocurre con los anteojos de sol, que además sufren deformaciones permanentes en sus marcos por el calor acumulado.
Tecnología y salud en riesgo
La electrónica sufre daños irreversibles. Las baterías de litio de celulares, tablets y computadoras pueden hincharse o explotar. Por otro lado, la salud también está en juego. Por ejemplo, los medicamentos pierden su efectividad si superan los 25°C o 30°C, mientras que los alimentos aceleran su descomposición bacteriana, generando riesgos de intoxicación y olores persistentes en el vehículo.
Recomendaciones finales para el conductor
Para mitigar estos riesgos, se recomienda el uso obligatorio de parasoles, que pueden reducir la temperatura del tablero hasta en 15°C. Además, antes de cerrar el vehículo, se aconseja realizar una revisión rápida de los compartimentos laterales y la consola central para asegurar que ningún elemento sensible haya quedado a la deriva del sol.

