La ludopatía, conocida como adicción al juego, comienza a manifestarse no solo en adultos, sino también en niños y adolescentes. En Argentina, el acceso creciente a videojuegos, plataformas de apuestas en línea y aplicaciones móviles representa un riesgo importante. Abordar esta problemática desde la prevención es clave, involucrando a familias, escuelas y la sociedad en general.
Los especialistas en salud mental destacan que los niños y adolescentes son particularmente vulnerables a desarrollar comportamientos adictivos debido a que su cerebro aún está en proceso de desarrollo, especialmente en áreas relacionadas con el autocontrol y la toma de decisiones. Esto los hace más propensos a caer en patrones compulsivos relacionados con los estímulos de recompensa frecuentes que ofrecen los juegos digitales.
Establecer límites en el uso de dispositivos electrónicos, promoviendo actividades alternativas como deportes, arte o lectura, puede reducir el interés excesivo en los videojuegos. Además, es crucial educar a los niños sobre los riesgos de las apuestas en línea y controlar el acceso a plataformas que puedan exponerlos a contenidos inapropiados.
El diálogo familiar juega un papel fundamental. Crear un ambiente de confianza para que los niños hablen de sus intereses y preocupaciones permite detectar posibles problemas antes de que escalen. Asimismo, prestar atención a señales de alerta, como cambios de humor, aislamiento o gastos injustificados en juegos, es esencial para intervenir a tiempo.
Las escuelas también tienen un rol central. Incorporar talleres de concientización sobre el uso responsable de la tecnología y los riesgos de los juegos de azar complementa la educación en casa.
Si bien la prevención es la herramienta más efectiva, en casos donde un niño o adolescente muestre signos de ludopatía, existen recursos como el programa de Juego Responsable, que ofrece orientación gratuita y confidencial en varias provincias argentinas.
La prevención de la ludopatía infantil es un esfuerzo colectivo que requiere la participación activa de todos. Garantizar un entorno equilibrado y saludable para los niños hoy es fundamental para proteger su bienestar emocional y mental en el futuro