En el corazón de Granadero Baigorria, la Plaza 9 de Julio luce hoy un nuevo y moderno banco, una pieza de diseño que es mucho más que mobiliario urbano. Es el resultado de una valiosa apuesta por el talento joven y la sostenibilidad, impulsada por el Ing. Martín Tartarelli.
Tartarelli, reconocido por su trayectoria, decidió abrirle las puertas de su equipo de trabajo a un joven estudiante de Diseño Industrial, Ayrton Schuller. Lo que para muchos podría haber sido una pasantía más, se convirtió en una verdadera plataforma para la innovación. Ayrton llegó con una propuesta audaz: el diseño de un banco de plaza que se puede construir de manera íntegra con materiales reciclables.
Lejos de encasillar o subestimar la idea, el Ing. Tartarelli no solo escuchó con atención a Ayrton, sino que también se permitió aprender de su visión fresca y su compromiso con el medio ambiente. “Fue fundamental poder darle una oportunidad a Ayrton, escucharlo y entender su perspectiva”, comenta Tartarelli. “Su entusiasmo y su ingenio nos demostraron que hay mucho por descubrir en las nuevas generaciones”.
Ese primer encuentro trascendió la teoría. Tartarelli no solo valoró la idea de Ayrton, sino que se comprometió a llevarla a la realidad. El banco que el joven diseñó con tanto esmero hoy es una tangible realidad en la Plaza 9 de Julio, demostrando que la creatividad y la sostenibilidad pueden ir de la mano.
Esta historia es un claro ejemplo de cómo el liderazgo puede potenciar el talento emergente, transformando ideas innovadoras en proyectos concretos que benefician a toda la comunidad. La iniciativa del Ing. Martín Tartarelli no solo embellece un espacio público, sino que también siembra la semilla de la confianza en las futuras generaciones y el compromiso con un diseño más consciente y sostenible.