El poder de compra del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) volvió a contraerse en agosto, profundizando una crisis que ya lo ubica en su valor real más bajo desde el año 2001, en vísperas del colapso del régimen de Convertibilidad. Así lo revela un estudio del Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
Según el informe, coordinado por los economistas Roxana Maurizio y Luis Beccaria, el salario mínimo cayó un 0,5% en términos reales durante el octavo mes del año. Este dato no es un hecho aislado, sino la continuación de una tendencia negativa que se inició de manera brusca en diciembre de 2023.
Una Caída en Picada
El proceso de deterioro se desencadenó con la devaluación. Solo en diciembre de 2023, el salario mínimo real se desplomó un 15%, arrasado por la aceleración inflacionaria posterior. El golpe fue aún más contundente en enero de 2024, con una baja mensual del 17%.
Si bien en algunos meses posteriores se registraron leves recuperaciones nominales, estos incrementos fueron insuficientes para compensar la magnitud de la pérdida general. El resultado es una contracción acumulada del 32% en el poder adquisitivo del SMVM entre noviembre de 2023 y agosto de 2024. Solo en lo que va de 2024, el retroceso ya alcanza el 3,7%.
Pérdida Histórica
La investigación advierte que, en la comparación histórica, la situación es crítica. El valor real del salario mínimo ha perdido un 62% de su capacidad de compra respecto de su máximo histórico, registrado en septiembre de 2011. Esta cifra ilustra la profundidad del deterioro que han sufrido los ingresos de los trabajadores en la base de la pirámide salarial en poco más de una década.
El informe del IIEP-UBA actúa como un termómetro de la presión sobre los sectores asalariados más vulnerables y plantea un escenario complejo para la recuperación del consumo interno y la actividad económica.

