La Justicia rosarina condenó a una mujer y a su padre a indemnizar con casi seis millones de pesos a una vendedora ambulante que sufrió graves lesiones tras ser atacada por un rottweiler que se escapó de su vivienda del barrio Empalme Graneros. Según testigos, no era la primera vez que el animal lograba salir y agredir a personas o a otros animales de la zona.
El hecho ocurrió el 28 de marzo de 2019, en la cuadra de De la Salle al 5500. La víctima, identificada como S.G., entonces de 56 años, resultó con una incapacidad parcial y permanente del 7% debido a las heridas que le provocó el ataque.
Un ataque violento y reincidente
De acuerdo con la reconstrucción judicial, basada en testimonios, informes médicos y actas de oficiales de Justicia, el perro —considerado de raza potencialmente peligrosa— escapó sin bozal ni correa del domicilio de Y.C. y embistió directamente a la mujer que pasaba por el lugar con su carrito de venta de ropa.
La sentencia, firmada el 15 de octubre por la jueza Luciana Martínez, del Juzgado Unipersonal de Responsabilidad Extracontractual N.º 3 de Rosario, también responsabiliza al padre de la dueña, C.C., quien al momento del hecho estaba a cargo de la vivienda y del animal.
“La señora venía caminando cuando el perro salió descontrolado y la atacó de inmediato”, relató a La Capital María Reynoso, abogada de la víctima.
S.G. sufrió una profunda herida de 22 centímetros en la parte posterior del muslo izquierdo, con desgarro muscular, además de lesiones en la mano y el pie del mismo lado, al intentar defenderse. Vecinos que acudieron a ayudarla aseguraron que el perro ya había protagonizado otros episodios de agresión.
Un fallo con enfoque integral
La letrada calificó la resolución como “un fallo ejemplar”, destacando que la magistrada tuvo en cuenta no solo el daño físico, sino también las consecuencias funcionales y morales que afectan la vida diaria de la mujer.
“Mi clienta vive de la venta ambulante y hoy no puede caminar largas distancias por las secuelas. El fallo reconoció esa limitación y valoró su impacto en su sustento diario”, explicó Reynoso.
Durante el proceso, la demandada inicialmente negó ser la propietaria del perro y calificó de “falsas” las acusaciones, pero más tarde reconoció ante un oficial de Justicia que el animal era suyo, aunque afirmó que no se trataba de un pitbull, sino de un rottweiler. Además, no pudo presentar documentación del Imusa ni certificado de vacunación. Su padre, por su parte, fue declarado en rebeldía al no presentarse ni responder la demanda.
Finalmente, la jueza Martínez ordenó que ambos indemnicen a la víctima con 3,8 millones de pesos más intereses y costas, monto que, con los gastos médicos, farmacéuticos y de traslado, se aproxima a los seis millones de pesos.
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