La cifra de muertos en el complejo de favelas de Penha, en Río de Janeiro, superó este miércoles los 120 fallecidos luego de la megaoperación policial realizada el día anterior contra el grupo criminal Comando Vermelho. Vecinos de la zona encontraron durante la madrugada más de 50 cadáveres que no habían sido contabilizados en el balance oficial difundido por las autoridades.
El gobierno del estado de Río había informado inicialmente 64 muertos, entre ellos cuatro policías, y 81 detenidos. Sin embargo, ese número quedó rápidamente desactualizado cuando residentes comenzaron a recorrer la zona buscando a familiares desaparecidos y trasladaron cuerpos a la plaza São Lucas para exigir respuestas.
El despliegue policial incluyó 2.500 efectivos de distintas fuerzas de seguridad y se desarrolló durante más de 12 horas en Penha y otras barriadas populares. El objetivo era frenar el avance del Comando Vermelho (Comando Rojo), una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil, dedicada al narcotráfico y tráfico de armas.
El operativo desató intensos tiroteos en zonas densamente pobladas. Según testigos, los criminales respondieron con armamento pesado e incluso lanzaron granadas desde drones.
El secretario del primer ministro brasileño, coronel Marcelo de Menezes Nogueira, reconoció que muchos de los cuerpos hallados por vecinos no estaban incluidos en el balance oficial difundido el martes.
Impacto político y controversia
La operación generó un fuerte debate político en Brasil. El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski, aseguró que si las autoridades de Río de Janeiro “no pueden controlar el crimen organizado”, deberán solicitar una intervención federal.
“Si el gobernador siente que no tiene condiciones, tiene que tirar la toalla y pedir la activación de la Garantía de Ley y Orden (GLO). Si no enfrenta el delito, será tragado por el crimen organizado”, sostuvo Lewandowski.
El ministro cuestionó el uso de la “fuerza bruta” y reclamó estrategias basadas en inteligencia criminal. Como ejemplo, destacó la Operación Carbono Oculto, realizada en San Pablo contra el Primer Comando de la Capital (PCC), que se saldó sin muertos y con desarticulación de la red delictiva.
En vísperas de eventos internacionales
El megaoperativo se realizó a pocos días de que Río de Janeiro reciba eventos globales vinculados a la cumbre climática COP30, como la Cumbre C40 de alcaldes y la entrega del Premio Earthshot del príncipe Guillermo de Inglaterra.
No es la primera vez que las fuerzas de seguridad brasileñas despliegan operativos de gran escala antes de encuentros internacionales. Situaciones similares se vivieron antes de los Juegos Olímpicos 2016, la cumbre del G20 de 2024 y la reunión del bloque BRICS en julio pasado.

