La intervención de las fuerzas policiales en la zona de las favelas de Río de Janeiro para neutralizar a células claves del grupo criminal Comando Vermelho ocurrida este martes por la tarde en el vecino país generó una enorme conmoción por el resultado de 64 muertos, algo sin precedentes en la historia policial brasileña.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos declaró este miércoles sentirse “horrorizada” por el operativo policial que dejó un saldo de muertes nunca antes registrado en la historia de Brasil.
La operación contra el Comando Vermelho (Comando Rojo) movilizó a unos 2.500 agentes para ejecutar 100 órdenes de arresto en los populosos complejos de favelas de Alemão y Penha, en la violenta zona norte de Río.
De acuerdo con el último reporte oficial, entre los fallecidos hay 60 presuntos sospechosos y cuatro agentes de seguridad. Además, al menos otros ocho policías y tres civiles resultaron heridos de bala.
Pero más allá de si se lograron o no los objetivos policiales/militares de las fuerzas de seguridad, la brutalidad de un operativo que contó con armamento pesado y un despliegue impresionante dentro de estos populosos barrios generó escenas de terror que excedieron los límites de estas zonas y se perpetraron por toda la ciudad.
El operativo denominado “Contención” hoy tendrá una discusión política de emergencia. Los ministros Rui Costa (Casa Civil) y Ricardo Lewandowski (Justicia y Seguridad Pública) de Brasil sostendrán una reunión de con el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, debido a que hoy una gran parte de los mandos policiales cariocas se están desentendiendo de las órdenes ejecutadas.El mismo presidente de Brasil, Lula da Silva, aseguró que “no hubo cualquier consulta o pedido de apoyo, por parte del gobierno estadual de Río de Janeiro, para la realización de la operación”.

