La Justicia provincial desestimó la demanda presentada por los padres de un niño que, en agosto de 2019, recibió un disparo en la cabeza mientras participaba de un partido de fútbol infantil en el marco de los torneos disputados por la Asociación Rosarina de Fútbol. El fallo consideró que el hecho constituyó un caso fortuito, por lo que ninguna de las entidades demandadas debía responder por los daños sufridos.

El episodio ocurrió el sábado 17 de agosto de 2019 en las instalaciones del Club Ateneo Pablo VI, ubicado en Seguí y Garzón, durante un encuentro entre el equipo local y la Escuela de Fútbol 7 de Septiembre. El menor, integrante del conjunto visitante, se encontraba junto a sus compañeros cuando fue alcanzado por una bala que, según las pericias, habría sido disparada al aire desde una larga distancia.

Tras el impacto, padres, familiares y autoridades del club intentaron asistir al niño, mientras aguardaban una ambulancia que nunca llegó. Finalmente, su tío lo trasladó en auto al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, donde los médicos constataron que el proyectil había ingresado en su cabeza. El menor fue intervenido quirúrgicamente y permaneció internado varias semanas antes de iniciar un proceso de rehabilitación.

Según el periodista Alberto Furfari, los padres del niño iniciaron una demanda por daños y perjuicios contra la Escuela de Fútbol 7 de Septiembre, el Club Ateneo Pablo VI, la Asociación Rosarina de Fútbol y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Argumentaron que los organizadores debían responder civilmente por lo ocurrido y que existía una póliza de seguro que debía cubrir el siniestro. Sostuvieron además que el hecho dejó secuelas irreversibles en su hijo, quien aún tiene alojada la bala en su cabeza y no puede llevar una vida normal ni volver a jugar al fútbol.

Las partes demandadas negaron su responsabilidad. La aseguradora sostuvo que se trató de un hecho fortuito, mientras que la AFA aclaró que no tuvo participación alguna en la organización del encuentro.

En su fallo, el juez Mauro Bonato señaló que, según la definición de la Suprema Corte bonaerense, un caso fortuito es un acontecimiento imprevisible o inevitable que exime de responsabilidad al no ser imputable al obligado. El magistrado consideró probado que el disparo fue realizado desde el exterior del predio y que se trató de un hecho ajeno al control de los organizadores.

“Solo puede hablarse de obligación de seguridad cuando existen riesgos previsibles y concretos”, explicó el juez, quien agregó que la imprevisibilidad y la inevitabilidad son los factores determinantes para establecer la existencia de un caso fortuito. En este sentido, concluyó que el hecho fue imprevisible, inevitable y ajeno a las instituciones demandadas, por lo que rechazó el reclamo.