Un reciente informe técnico pone bajo la lupa la transparencia y rigurosidad de las estadísticas oficiales del INDEC durante la gestión de Javier Milei, señalando inconsistencias metodológicas que estarían distorsionando la realidad del escenario económico actual.
El documento realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advierte que diversos cambios en las mediciones y la falta de actualización en los cálculos permiten sostener una narrativa de recuperación y baja de inflación que no se condice con la evolución de la economía real.
Uno de los puntos más críticos reside en la medición de la inflación. El organismo mantiene ponderadores desactualizados que no reflejan el impacto real de los fuertes aumentos en tarifas de servicios y transporte aplicados desde el inicio de la administración. Según el análisis, si se utilizaran metodologías actualizadas, la inflación acumulada entre noviembre de 2023 y noviembre de 2025 alcanzaría el 288,2%, casi 39 puntos porcentuales por encima del 249,5% informado oficialmente. Esta brecha ha generado incluso la preocupación del FMI, que exige una actualización inmediata para garantizar la credibilidad de los datos.
En cuanto a la actividad económica, el informe cuestiona el crecimiento reportado por el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE). Se señala que el repunte registrado hacia septiembre de 2025 se explica casi exclusivamente por el sector financiero y el peso de los impuestos netos de subsidios, factores que suelen inflarse en contextos de tensión cambiaria sin representar una mejora productiva. De hecho, al excluir estos componentes, el nivel de actividad se mantiene prácticamente estancado en los valores de noviembre de 2023, lo que contradice la versión oficial sobre el fin de la recesión.
Por otro lado, la medición de la pobreza también se encuentra en el centro de la controversia debido a modificaciones en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Según los expertos, se estarían captando ingresos no laborales —como la Tarjeta Alimentar o programas sociales— de una manera que eleva artificialmente el ingreso de las familias sin que exista una mejora genuina en su poder adquisitivo. A esto se suma que la Canasta Básica Total subestima el peso real de los servicios, lo que termina por arrojar cifras de pobreza que carecen de comparabilidad histórica y confiabilidad técnica.
Finalmente, el informe alerta sobre el “apagón estadístico” en sectores clave. La decisión de discontinuar encuestas fundamentales como la de Turismo Internacional y la de Ocupación Hotelera deja a la gestión sin datos precisos en un contexto de crisis para el sector, que ya acumula el cierre de 450 empresas y la pérdida de más de 7.000 empleos. Este conjunto de anomalías, que abarca desde los salarios no registrados hasta el consumo, plantea un serio interrogante sobre la independencia del INDEC y la veracidad de los indicadores que hoy guían la política económica del país.

